Es muy común el repudio que sentimos al ver los domingos unas blusas cortas que adornan unos estómagos algunas veces templados, otras veces caídos, pero siempre sobresaliendo del cuerpo. Es obvia la necesidad de poner a dieta la marginada población bogotana para disminuir en algo su feúra.
Por eso propongo Bogotá Con Hambre como campaña contra estas aberraciones contranaturas que podemos observar mayormente los Domingos de ciclovía. Dieta de no comer por días y ayunos, selectivos el resto de tiempo.
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